Dicen que lo bueno dura poco y la liquidación de la soja fue encontrar un oasis para las arcas del BCRA. Arrancamos el último trimestre del año con el foco puesto en un potencial o no ajuste del tipo de cambio.
Quedan pocos meses, con un 2022 que empieza a terminarse y ya se analiza qué deparará 2023. Algunas buenas noticias ayudan pero el panorama hacia adelante sigue siendo desafiante.
Ante el anuncio del dólar soja, el agro liquidó más de USD 1500 M por los incentivos a realizarlo durante los primeros días y brinda una sensación de estabilidad financiera para el corto plazo.
La urgencia que tiene el nuevo equipo económico por resolver los desequilibrios genera que las medidas requieran cada vez de mayor impacto. Los inversores demandan cobertura y se impacientan ante las pocas novedades.
A pesar de nuevas medidas económicas y ante un sinfín de rumores, la incertidumbre generó una fuerte dolarización de carteras demostrando que la tensión cambiaria va a continuar.