El Índice de Precios al Productor (PPI) de Estados Unidos correspondiente a junio de 2025 mostró un aumento interanual del 2,5 %, ligeramente por debajo del 2,6 % registrado en mayo, pero aún dentro de un rango consistente con una inflación moderada. Este dato señala un freno parcial en la desaceleración que venía mostrando el índice, reflejando en parte el impacto de mayores costos en bienes intermedios y energía.
En términos mensuales, el PPI general subió un 0,3 %, el mayor avance desde enero, después de un aumento del 0,1 % en mayo. El principal motor de este incremento fueron los precios de la energía y ciertos bienes industriales, mientras que los servicios al productor mostraron un comportamiento más estable.
El PPI subyacente, que excluye los precios de alimentos, energía y servicios comerciales, registró un aumento interanual del 2,7 %, en línea con el dato de mayo. Mensualmente, el PPI subyacente avanzó un 0,2 %, replicando el ritmo del mes anterior y reflejando una dinámica de precios contenida en los componentes menos volátiles.
Entre los componentes específicos, el índice de energía mostró un incremento mensual del 0,6 %, impulsado principalmente por una suba del 1,8 % en los precios de la gasolina, mientras que el gas natural tuvo una ligera caída del 0,3 % y los costos de electricidad residencial subieron un 1,0 %. Los alimentos, por su parte, aumentaron un 0,2 % en el mes, con subas puntuales en frutas frescas (+3,1 %) y bajas en vegetales secos (‑1,7 %).
Por otro lado, algunos servicios relacionados al transporte y ciertos bienes finales mostraron estabilidad o descensos marginales, aportando un leve contrapeso al avance general del índice.
En conclusión:
El informe del PPI de junio de 2025 muestra una aceleración moderada en los precios al productor, con un protagonismo marcado del sector energético. Aunque la inflación subyacente se mantiene estable, el repunte en los costos de bienes y la energía podría trasladarse a los precios al consumidor en los próximos meses. Estos datos serán un elemento clave para la Reserva Federal, que deberá considerar este giro en la dinámica de precios al evaluar los tiempos de su política monetaria en lo que resta del año.