El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos correspondiente a junio de 2025 mostró un aumento interanual del 2,7 %, lo que representa una aceleración frente al 2,2 % registrado en mayo, y marca el nivel más alto desde febrero de este año. Este dato refleja un rebote en los precios al consumidor tras varios meses de moderación, en parte atribuible al impacto inicial de los nuevos aranceles y ajustes en costos energéticos.
En términos mensuales, el IPC general subió un 0,3 %, el avance mensual más pronunciado desde enero. El principal motor de este incremento fue el costo de la vivienda, junto con un repunte en los precios de la energía.
El IPC subyacente, que excluye los componentes más volátiles como alimentos y energía, registró un aumento interanual del 2,9 %, levemente por encima del 2,7 % de mayo y superando las expectativas de mercado. Mensualmente, el IPC subyacente avanzó un 0,2 %, en línea con los pronósticos y manteniendo un ritmo contenido, aunque persistente, en las presiones subyacentes.
Entre los componentes específicos, el índice de energía mostró un incremento mensual del 0,9 %, impulsado principalmente por una suba del 1,0 % en los precios de la gasolina, mientras que los costos de electricidad y gas natural se mantuvieron estables. Los precios de los alimentos, por su parte, aumentaron un 0,3 % mensual, con un alza tanto en alimentos consumidos en el hogar como fuera de él, llevando la variación interanual de este componente al 3,0 %.
Por otro lado, los precios de los vehículos usados y las tarifas aéreas mostraron retrocesos en el mes, aportando cierto alivio a la inflación subyacente.
En conclusión:
El informe del IPC de junio refleja un rebote en la inflación general, tras varios meses de moderación. Aunque la inflación subyacente se mantiene relativamente estable, el repunte mensual y la presión sobre ciertos precios vinculados a los aranceles reavivan la cautela en los mercados. Estos datos serán un factor clave en las próximas evaluaciones de la Reserva Federal, que deberá balancear la reciente aceleración de precios con la estabilidad del componente subyacente a la hora de definir la política monetaria en el segundo semestre.