La inflación de EE.UU. se mantuvo en 3% en septiembre, impulsada por la suba de la gasolina

24.10.2025

EEUU, INFLACIÓN

El CPI de septiembre evidencia que la inflación estadounidense continúa mostrando una resistencia moderada, con un avance mensual leve pero suficiente para mantener el nivel interanual. Estos resultados probablemente mantengan a la Reserva Federal en una posición prudente, priorizando la estabilidad y la lectura acumulada de los próximos meses antes de definir eventuales recortes de tasas hacia fin de año.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos correspondiente a septiembre de 2025 mostró un aumento interanual del 3,0 %, manteniéndose por encima del objetivo del 2 % de la Reserva Federal y consolidando un nivel de inflación estable pero resistente. En comparación con agosto, el índice general avanzó 0,3 % mensual, reflejando el impacto de los incrementos en los precios de la energía, particularmente de la gasolina, que subió 4,1 % en el mes. Esta aceleración se produce tras el cierre parcial del gobierno federal, que había demorado la publicación del informe, pero cuyos datos se recopilaron antes del inicio del shutdown.

En términos mensuales, el incremento del 0,3 % en el IPC general se explicó en gran parte por el repunte del componente energético, que subió 1,5 %, y por un avance moderado de los alimentos (0,2 % mensual), con aumentos tanto en los alimentos consumidos en el hogar (0,3 %) como fuera de él (0,1 %). Dentro de los componentes más volátiles, los precios de la energía tuvieron el mayor aporte al alza general, mientras que el índice de vivienda —que suele representar más de un tercio del total— se incrementó apenas 0,2 %, el avance más bajo en este rubro desde 2021, mostrando señales de desaceleración en los costos habitacionales.

El IPC subyacente, que excluye alimentos y energía, registró un aumento mensual del 0,2 % y una variación interanual también del 3,0 %, en línea con las expectativas del mercado. Esta coincidencia entre inflación general y núcleo refleja una tendencia más pareja en las presiones de precios, con un menor peso de los shocks externos pero una persistencia estructural en servicios y alquileres.

Entre los componentes específicos, se destacaron los aumentos en transporte y servicios médicos, mientras que los precios de los vehículos usados y ciertos rubros de recreación aportaron alivio marginal. La estabilidad del componente subyacente sugiere que las presiones inflacionarias más preocupantes no provienen de una economía recalentada, sino de ajustes relativos en rubros sensibles al costo de la energía y la vivienda.