El Índice de Precios al Consumidor (CPI) de Estados Unidos correspondiente a noviembre de 2025 mostró una inflación interanual del 2,7%, reflejando una moderación respecto de los niveles observados a comienzos de año y ubicándose en línea con un proceso gradual de desinflación. El informe fue publicado por el Bureau of Labor Statistics (BLS) luego de las demoras ocasionadas por el cierre parcial del gobierno federal, que impidió la publicación del dato de octubre.

Debido a esa interrupción, el BLS aclaró que las comparaciones mensuales no siguen el patrón habitual, ya que no se relevaron precios durante octubre. Aun así, el reporte confirma que las presiones inflacionarias continúan desacelerándose, especialmente en los bienes, mientras que los servicios siguen mostrando una dinámica más persistente.

El componente subyacente del índice, que excluye alimentos y energía, se mantuvo en niveles elevados en términos interanuales, reflejando principalmente el impacto de los costos de vivienda y otros servicios asociados. El rubro shelter continuó siendo uno de los principales factores de presión, aunque con señales de desaceleración gradual.

En contraste, los precios de la energía mostraron una evolución más contenida, contribuyendo a moderar el índice general. Los alimentos, por su parte, registraron aumentos moderados, sin generar presiones adicionales significativas sobre la inflación total.

En conjunto, el CPI de noviembre refuerza la visión de que la inflación en Estados Unidos avanza hacia niveles más compatibles con el objetivo de la Reserva Federal, aunque el proceso sigue siendo desigual. Este escenario mantiene abiertas las expectativas de una política monetaria más flexible en 2026, aunque la Fed seguirá evaluando la evolución de la inflación subyacente y del mercado laboral antes de tomar decisiones.