Aunque se esperaba una subida moderada, el PPI de mayo sorprendió al mercado con un aumento mensual de solo 0,1 %, muy por debajo del 0,2 % previsto, continuando la tendencia de meses anteriores. En términos interanuales, la inflación mayorista alcanzó el 2,6 %, en línea con expectativas y apenas superior al 2,5 % de abril.
Los servicios fueron el principal motor del incremento mensual, impulsados por mayores márgenes en el comercio mayorista y minorista (+0,4 %), mientras que los bienes mostraron un modesto +0,2 %, con subas en tabaco, gas residencial y productos energéticos. El núcleo subyacente también mostró estabilidad (+0,1 %).
Este dato apunta a que las tensiones comerciales, particularmente los aranceles, aun no han sido trasladadas completamente a los precios mayoristas, lo que contribuye a una moderación inflacionaria. La Reserva Federal, por su parte, puede considerar esta lectura como un argumento para mantener o posponer posibles recortes de tasas, aunque los mercados ya descuentan una primera reducción hacia septiembre.
En síntesis: el PPI de mayo refuerza la narrativa de una inflación controlada en la etapa mayorista, mientras persiste la atención sobre el impacto futuro de la política comercial.