El informe del IJC refleja una ligera mejora en la última semana de septiembre, con solicitudes iniciales de desempleo ajustadas que se ubicaron en 218.000, una disminución de 14.000 frente a la semana anterior. Esta reducción se interpreta como un respiro luego de que en semanas anteriores las peticiones se dispararan, en particular al inicio del mes. En la semana que terminó el 13 de septiembre, los reclamos habían bajado de 264.000 a 231.000, un descenso notable que moderó las alarmas generadas por el pico previo. A comienzos de mes, la semana que finalizó el 6 de septiembre registró 263.000 solicitudes, el nivel más alto desde 2021, impulsado en parte por reclamos irregulares provenientes de Texas. Aun así, la media móvil de cuatro semanas se estabilizó alrededor de 240.000, apuntando a una corrección moderada del aumento abrupto anterior.
En cuanto a los reclamos continuos, los datos más recientes indican que permanecen elevados, con 1,926,000 personas recibiendo beneficios en la semana del 13 de septiembre. La estabilidad en esta cifra sugiere que, aunque la ola de nuevos despidos podría estar moderándose, quienes ya están desempleados continúan enfrentando dificultades para reincorporarse al mercado laboral.
La secuencia de semanas en septiembre ilustra una montaña rusa: primero un salto abrupto de 236.000 a 263.000 solicitudes en la semana del 6 por efecto también de fraudes documentados en Texas, luego un retroceso hacia 231.000 en la segunda semana del mes, y finalmente un descenso adicional hasta 218.000. Estos vaivenes revelan la alta volatilidad del indicador y la sensibilidad del mercado laboral ante factores estructurales y exógenos.
Este panorama revela un mercado laboral más tenso que en meses previos. La escalada inicial de octubre en el ritmo de despidos generó alarma, pero la corrección posterior alivió algo las tensiones. No obstante, las cifras aún apuntan a fragilidad: el alto nivel de reclamos continuos y la reciente contracción en contratación privada —con la pérdida de 32.000 empleos en septiembre según ADP— fortalecen la lectura de que la recuperación del empleo podría estar estancada. En este contexto, la Reserva Federal deberá calibrar con cautela su estrategia monetaria, pues aunque la inflación sigue siendo un riesgo, la debilidad laboral podría justificar apoyos adicionales para evitar un enfriamiento más pronunciado de la economía.