Primeras impresiones del plan Massa
En su primer discurso como superministro, Massa intentó comenzar a crear un programa basado en cuatro pilares que son orden fiscal, superávit comercial, fortalecimiento de reservas y desarrollo con inclusión. Para lograr estos principios, las medidas se enfocan en fomentar las inversiones, la producción, las exportaciones y el mercado interno. Desde su nuevo lugar, Massa intenta comenzar a restaurar la confianza y credibilidad perdida por sus antecesores, enmarcados en circunstancias muy desafiantes. El capital político que tiene el nuevo ministro, principalmente por el apoyo de CFK, es un punto a favor aunque su pragmatismo chocará contra la actualidad de un Gobierno muy desgastado por la crisis. Las expectativas iniciales fueron positivas, aunque tras su discurso quedó sabor a poco. Era esperable que no revele todas sus medidas en el primer día aunque las tuviera, sin embargo, las buenas intenciones no son suficientes para frenar el deterioro actual.
Lo prioritario a estas alturas viene dado por las reservas internacionales del BCRA. Ese apartado debe resolverse en el transcurso de los próximos días, porque la salida de dólares es incesante. En las últimas 7 ruedas, el BCRA debió vender más de USD 1.000 M mientras las reservas netas escasean. El ministro anunció que en los próximos 60 días ingresarán USD 5.000 M basándose en un acuerdo con las cadenas de valor de la pesca, el agro y la minería. En paralelo ingresarían USD 1.950 M de organismos internacionales. Esto ayudaría a engrosar los flacos niveles de reservas, pero el mercado está expectante a que se materialicen los anuncios. No hubo indicios de mejoras en los tipos de cambios para exportadores, los cuales parecerían no ser demasiados atractivos para el agro. La continuidad de mayor salida de dólares tendrá a la brecha y al CCL como principales termómetros, mientras continúen los rumores de devaluación y desdoblamiento.
Para el frente del mercado de deuda en pesos, la crisis de confianza que se vive desde inicios de junio aumentando el riesgo de reperfilamiento de los títulos nominados en moneda local, tuvo como consecuencia la emisión de casi ARS 2 billones para sostener los precios. El panorama de vencimientos luce mejor, dado que las compras del BCRA en el tramo corto redujeron la tenencia de títulos por parte del sector privado. Massa anunció que se lanzará un canje voluntario para la deuda de corto plazo. Podría ser el anuncio de un bono dual (que ajuste por CER y dólar linked) y con vencimientos de mediados de 2023 (pre PASO). Aproximadamente el 60% de la deuda de corto plazo la tienen organismos públicos, con lo cual estimamos que ese sería el piso de aceptación del canje.
Para el capítulo de la política monetaria, la restricción viene dada por el anuncio del ministro en que se terminan los adelantos transitorios hasta fin de año de forma tal que el BCRA deja de financiar el déficit. Sin embargo, existen otros mecanismos para que el Tesoro consiga financiamiento aun sin recibir transferencias directas del BCRA, lo cual posiciona al anuncio con un mensaje en el sentido correcto, pero no del todo suficiente. Es vital comprometerse a que el déficit primario sea reducido en los próximos meses, para confirmar las menores necesidades de financiamiento del Tesoro.
La segmentación de tarifas, que le permitirá al Estado reducir los subsidios, complementada con el congelamiento de la planta del sector estatal son medidas necesarias, pero no suficientes. Habrá que revisar si el ministro cuenta realmente con el apoyo político para recortar fondos federales a provincias y gastos de infraestructura pública. La presión social se sentirá ante el foco puesto mediante una auditoría sobre los beneficiarios de planes sociales. Pareciera ser que la urgencia de evitar una profundización de la crisis económica le permite al actual Gobierno tomar medidas que anteriormente eran consideradas como ortodoxas.
El mercado, tras los anuncios, mostró algunos recortes en los bonos y acciones locales, mientras que el tipo de cambio financiero tuvo algunas subas. Los bonos globales cayeron un 0,5% post anuncios mientras que el Merval medido en dólares retrocedió 2%. Con paridades de bonos en los USD 20, los precios siguen mostrando a un mercado desconfiado de que el plan sea exitoso, aunque el intento de estabilización del mercado cambiario podría ser un primer triunfo para la nueva gestión. Como mencionamos anteriormente, lo urgente es la resolución del tema dólares del BCRA, con lo cual el fin de semana o la semana que viene estaremos seguramente conociendo novedades sobre el tema. Por supuesto que una devaluación sin un plan detrás solo genera más consecuencias negativas. Partiendo de niveles anualizados de inflación del 100%, expectativas desancladas y un 60% de pobreza, la devaluación del dólar sería acelerar la crisis. Por ende, será importante que las próximas medidas vengan a traer calma y alinear expectativas para luego si dejar correr el tipo de cambio oficial hacia niveles más razonables que permitan acomodar la brecha.
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Panorama e
Inversión
El mercado continúa con pocos incentivos para estar expuesto a riesgo soberano. Seguimos viendo inestabilidad en el tipo de cambio financiero, aunque esperamos nuevas medidas que traigan consigo cierta estabilidad de cara a las próximas semanas. Con el anuncio de potenciales acuerdos con bancos del exterior para obtener un repo y ese dinero destinarlo a recompra de deuda soberana, los precios de los bonos no mostraron una reacción positiva. Podríamos ver alguna recuperación en los precios de confirmarse esa noticia, aunque el nivel actual de los precios muestra que estos instrumentos siguen siendo solamente para inversores con un perfil de riesgo elevado.
En el mundo de los pesos, un bono dual traería una nueva alternativa de inversión y de cobertura que el mercado podría comprar. Mientras no veamos desaceleración en los niveles de inflación mensuales y siga existiendo presión por parte de los principales actores de la economía para devaluar el FX oficial, la demanda de cobertura seguirá intacta. La curva CER sigue mostrando un incremento pronunciado entre los rendimientos de bonos de 2023 vs 2024, lo que marca que los inversores no están tan confiados en que el próximo Gobierno pueda reestructurar la deuda en moneda local. Es por eso por lo que el tramo corto es el más elegido, con curvas de rendimientos tanto en CER y DL rindiendo negativo. Mantenemos recomendación de títulos con vencimientos en los próximos meses, aunque también continuar considerando renta fija corporativa como alternativa para diversificar riesgo.