Las dudas siguen
Después de la inestabilidad que vimos en la curva de pesos en las últimas semanas, notamos que se mantiene muy cauteloso el mercado en cuanto al riesgo a asumir en los próximos meses. Aun con un BCRA mostrándose activo en la intervención para sostener los precios, los inversores han optado por reducirsu exposición a ciertos activos.
Durante esta semana que termina, se volvió a observar venta en diferentes títulos en pesos, rescates en FCI T+1 y CER (que ya acumulan casi ARS 270.000 M durante junio) y cotizaciones de bonos que no lograron repuntar demasiado. El BCRA se mantiene comprando títulos de corto plazopor lo que se vieron fuertes volúmenes operados en las Ledes, Lecer y bonos ajustables por CER. Se estima que desde que inició este evento de volatilidad hace unas semanas, el BCRA ya lleva impresos ARS 420.000 M, un monto que no estaba previsto en ningún análisis financiero de los últimos meses.
Estos pesos que reciben los inversores al vender sus bonos fueron, en parte, a parar al dólar bolsa pero también fueron hacia fondos moneymarket, de mucha menor volatilidad aunque también con menor rendimiento. En lo que va de junio el flujo de suscripciones a moneymarkets fue de ARS 207.000M, entre inversores particulares y empresas.
La curva de CER primero elevó sus rendimientos de forma considerable y poco a poco tras la intervención del BCRA logró estabilizarse, aunque se observa un empinamiento considerable. Es decir, al tener una pendiente positiva, el mercado concentra sus colocaciones en el corto plazo dado que hacia adelante percibe mayor riesgo. La percepción del mercado es que, a un año y medio de las elecciones presidenciales de 2023, se empieza a poner en duda la posibilidad de que el Tesoro logre llegar a esa fecha cumpliendo con los vencimientos de deuda en pesos si falla en la renovación vía licitaciones. Las elevadas necesidades de financiamiento en pesos proyectadas para el primer año del nuevo mandato presidencial, una percepción de que los controles cambiarios pierden efectividad a medida que transcurren los meses, escasos niveles de reservas del Banco Central y una inflación que no logra mostrar una dinámica decreciente, son factores que influyen en los análisis de inversores y que en las últimas licitaciones se reflejaron en menor demanda.
La caída del ratio de rollover de la deuda en pesos en abril, donde solo logró refinanciar el 90% de los vencimientos, generó que durante mayo el Tesoro tomara una posición más defensiva ofreciendo títulos de menor plazo y mayor cantidad de bonos ajustables por inflación, lo que logró volver al refinanciamiento del 100% de los vencimientos.Aunque la mirada del mercado se enfocó hacia la complicación futura que podría tener el Tesoro en renovar sus vencimientos si sus siguientes emisiones iban a ser de corto plazo, a medida que nos acercamos al periodo electoral.
Por este motivo, hacia inicios de junio, la venta fuerte de bonos en pesos adelantó los temores de los inversores afectando principalmente a los ajustables por CER que era donde el mercado estaba más comprado. Esas ventas no encontraron demanda del otro lado y esa inestabilidad se mantiene en la actualidad, donde el BCRA es el principal comprador de títulosbuscando estabilizar la curva para las próximas licitaciones. En principio deberá mostrar que la parte más corta de la curva está completamente estabilizada, para luego comenzar a intervenir sobre plazos más largos.
Los bonos HardDollar también sufrieron un tropiezo esta semana, en un contexto difícil para los activos argentinos. Durante junio, los bonos soberanos en dólares acumulan bajas de entre 10% y 20% para sus cotizaciones en moneda dura, donde nos acercamos a niveles de paridad del 20%, valores que históricamente son extremadamente bajos. Los inversores todavía no encuentran razones positivas para comenzar a demandar activos de deuda argentinos ya que tanto el frente fiscal como el cambiario no muestran buenas perspectivas hacia el futuro en un contexto internacional que también es desafiante.
Esta semana, el INDEC publicó el PBI para el primer trimestre de 2022, mostrando una expansión de 0,9% respecto al trimestre anterior y un 6% respecto al primer trimestre del año pasado. Si bien el PBI superó los niveles pre pandemia, aún sigue por debajo de los máximos registrados en el primer trimestre de 2018. Por otro lado, también se publicó la balanza comercial de mayo de 2022, la cual refleja los términos de intercambio de bienes y servicios para el país. En este informe, se conoció que las exportaciones acumularon un total de USD 8.226 M mientras que las importaciones ascendieron a USD 7.870. De esta manera, el superávit comercial fue de USD 356M un número que comparado contra mayo de 2021 es menor en USD 1.316M.
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Panorama e
Inversión
Ante este escenario de volatilidad, generalmente los inversores suelen tomar posturas defensivas para alocar su dinero. En esta situación donde la inestabilidad perdura a pesar de la intervención estatal, los vencimientos más cortos suelen ser refugio apropiado para los inversores más conservadores o las colocaciones de cash management. Seguramente sigamos viendo un BCRA interviniendo, dado que el costo de recomprar deuda es menor a que se compliquen licitaciones futuras. Aunque recomendamos tener un ojo puesto en el dólar MEP y CCL. Ese es el termómetro que habrá que seguir en las próximas ruedas, dada la emisión de pesos que comentamos. La dolarización de carteras es una opción que consideramos en estos niveles. Colocaciones como Ledes o Lecer de muy corto plazo muestran rendimientos cercanos al 69%, las cuales en estos niveles de inflación siguen siendo recomendables para inversores conservadores.
Para inversores con mayor tolerancia de riesgo, mantener bonos de vencimientos 2023/24/25 puede traer un retorno interesante al analizarlos desde el punto de vista de la ganancia que se puede lograr desde las paridades actuales castigadas.